Acabo de llegar de vacaciones de Ibiza, menuda paliza de viaje nos hemos pegado. Hemos ido hasta Valencia en nuestro antiguo Ibiza, emulando viejos tiempos más jovenes aunque la espalda nos ha recordado permanentemente que ya estamos un poco mayores, la ergonomía antes no estaba tan de moda, ahora que el motor del ibiza tdi 90 cv ya lo querrian muchos de los de ahora. Menos de la mitad de gasofa en ir y volver de Valencia que con la touran, no digo na.
De Valencia hemos cogido un ferry con Balearia, no muy recomendable la verdad sobretodo por la falta de puntualidad, siempre con una hora de retraso. Y del Ferry al hotelito en Cala San Vicente, al norte de la isla y separado del bullicio nocturno de Eivissa.
Un entorno precioso con acceso entre pinares (y carretera cuasi de montaña sobre todo pasado San Carles) y con una cala, playa muy tranquila y con muy buena calidad.
La isla nos ha sorprendido bastante sobretodo por su variedad y es que se puede decir que tiene de todo, playas preciosas, rincones tranquilos, pinares escondidos, actividades acuáticas por doquier, ambiente nocturno de Eivissa, San Antoni o Sta. Eulalia. En fin que hemos venido muy contentos con la isla.
Ahora bien, en todo hay un pero y al igual que el año pasado en La Palma (no las Palmas) en las Canarias, hemos visto de primera mano los estragos del fuego, y en el caso de Ibiza todavía más fehacientemente por estar próximo a nuestra zona y ser una zona de rutas tanto a pie como en mtb.
Yo creo que ni siquiera la mayoria de los ibicencos son conscientes de lo que pierden con estos incendios forestales, el incendio fue en junio desde San Vicente hasta practicamente San Joan y Portinacxh, afectando a pinares autóctonos de muchos años. Y lo digo por que he tenido acceso directamente a esos pinares al salir a correr por las rutas marcadas desde Cala san Vicente hasta San Joan, la ruta pasa por antiguas casas de payeses metidas en pleno pinar, donde todavia persiste algo de ganaderia y la sorpresa es encontrarse esa riqueza de monte tan cerca de la playa.
Asi que en cada una de mis salidas a correr por el monte, he ido alternando zonas de pinar conservadas con zonas de monte quemado donde el camino se volvia polvo negro y en donde los senderos más estrechos te arrimaban a las ramas secas y negras de hollin , donde ya no habia espacio ni cubierta para refugiarse del sol.
Se puede decir que cada salida se ha convertido en un mundo de contradicciones a medida que pasabas de la sombra de los pinares al paisaje negro y soleado de los efectos del fuego. A ver si me descargo el recorrido en el garmin porque he dado mas vueltas al monte que un pato mareado.
Una pena, eso si debo ser el único turista que se ha recorrido aquello porque no me he cruzado con un alma.
Para verlo.
http://www.youtube.com/watch?v=nU1dWPEBl3I&feature=related
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